-Conocimos vuestro proyecto hace ya unos cuantos años. ¿Cuándo y cómo comenzasteis?
En el año 2011 el Sindicato de Enseñanza de CGT-Aragón, del que formamos parte, nos ofreció la posibilidad de impartir un curso sobre respeto animal en las aulas para otras docentes. En un primer momento nos dio un poco de respeto, pero por otra parte creímos que era una oportunidad que no debíamos desaprovechar. Finalmente hablamos con distintas personas con mayor experiencia que podían colaborar en diferentes sesiones y así salió adelante la primera edición del curso.
-¿Qué tipo de cosas hacéis? El abanico de vuestro activismo parece bastante amplio…
El eje central de nuestras actividades está directamente relacionado con la educación. Además del curso, damos charlas en institutos y colegios y también a veces en facultades universitarias y centros penitenciarios. Solemos participar en también en diferentes eventos del movimiento de derechos animales. Como novedad, desde el curso pasado hemos comenzado a utilizar una exposición didáctica itinerante con fotografías de Aitor Garmendia -Tras Los Muros.
No obstante, también nos gusta participar en proyectos que, aunque no estén íntimamente ligados con la escuela, sí consideramos importante poder aportar. Por ejemplo, recientemente hemos traducido y subtitulado al castellano el documental Dominion, que además hemos presentado en Zaragoza en un evento organizado con El Hogar Animal Sanctuary y Filming for Liberation. Por otro lado, también tratamos de organizar eventos y charlas en nuestra ciudad; por ejemplo, el pasado mes de mayo celebramos la primera mesa redonda sobre feminismo y antiespecismo.
-Combináis acciones que buscan cambios en las conciencias individuales con otras que buscan cambios a nivel de la Administración, como conseguir comida vegana en los comedores escolares, etc. ¿Cómo os movéis entre esos dos campos? ¿Es muy diferente trabajar en uno y en otro?
Son ámbitos y objetivos diferentes. En el caso del menú vegano, teníamos constancia de las dificultades que estaban teniendo aquellas familias que solicitaban la opción en el comedor escolar. Dado que somos docentes en la escuela pública, conocemos el funcionamiento y los mecanismos de la Administración, por lo que siempre nos hemos ofrecido a facilitar a las familias la información sobre los cauces burocráticos por un motivo que creemos necesario, como es poder alimentarse sin crueldad también en la escuela.
Respecto a las charlas en los centros, siempre en centros educativos públicos, resultan un esfuerzo extra ya que hasta ahora lo hemos compaginado respetando nuestro horario laboral, y a veces es complicado de encajar. Pero merece la pena ese esfuerzo ya que surgen dinámicas muy satisfactorias e interesantes.
-¿Cómo elegís vuestras siguientes acciones?
Hay mucho trabajo por delante, no sólo en el campo educativo. Quienes formamos parte de Aula Animal colaboramos en otros proyectos por los animales y tratamos de apoyar otras luchas políticas más allá del antiespecismo. Nuestros recursos son limitados y nos falta tiempo para hacer todo lo que nos gustaría. Es una sensación que, imaginamos, tienen todas las activistas. Decidir en qué cuestiones nos implicamos y qué podemos aportar es a veces una tarea complicada que implica poner en una balanza los recursos que vamos a emplear y los resultados que esperamos obtener. El curso de formación del profesorado que realizamos para docentes, por ejemplo, nos supone un enorme trabajo de planificación y preparación, pero viendo los resultados de años anteriores merece la pena. Cada vez hay más docentes a quienes también les preocupa la cuestión animal y creen que es importante tratarla en el aula.
¿Qué os inspiró para comenzar con Aula Animal?
La verdad que este proyecto no fue buscado ni premeditado. Como se ha comentado antes, surgió la oportunidad de dar un curso de formación al profesorado y nos pareció una buena idea. Pensamos que era una oportunidad para reflejar el antiespecismo en otro ámbito que no se solía trabajar, en este caso la educación en la escuela. Descubrimos entonces que había más docentes con este interés, empezamos a elaborar materiales, a investigar, a compartir experiencias… Y decidimos crear una plataforma donde compartir todas estas experiencias. Fue ahí cuando surgió Aula Animal.
Desde entonces, hemos visitado decenas de centros educativos, cada vez son más las docentes que contactan con el proyecto, también familias e iniciativas antiespecistas de diferentes lugares.
-¿Cómo veis actualmente el movimiento antiespecista en el Estado español? ¿Nos decís un aspecto que os parezca positivo y otro a mejorar?
El movimiento ha crecido mucho en los últimos años. Seguramente Internet y las redes sociales han jugado un papel decisivo para poder generar debate sobre ética animal. Cada vez hay más colectivos y activistas aisladas que aportan su esfuerzo y sus conocimientos a esta lucha. Pero aunque nuestro balance de los últimos años es muy positivo, hay muchas cosas que mejorar.
La actitud egocentrista que se observa en ocasiones en el movimiento es una de las cuestiones que nos preocupa. La constante búsqueda de liderazgo personal y de reconocimiento social, generalmente en hombres, perjudican nuestra lucha. También vemos cómo el movimiento se está profesionalizando, y eso tiene su parte buena. Pero una cosa es dejar los fanzines fotocopiados y las pancartas hechas a mano y otra bien distinta es confundir el activismo con el marketing, incorporando una visión neoliberal. Cuando las organizaciones se convierten en empresas, las compañeras pasan a ser competencia y el mensaje que se transmite es el que «el cliente» quiere escuchar para lograr que apoye económicamente el proyecto.
-¿Cómo es confrontar el especismo en las instituciones educativas? ¿Cómo reacciona el profesorado? ¿Y el alumnado? ¿Notáis diferencias en comparación con cuando comenzasteis?
La sociedad está de acuerdo en que para el desarrollo de la propia persona la escuela debe fomentar el pensamiento crítico y reconocerlo como la única vía para generar unas ideas propias y un pensamiento libre. Se reconoce así que el alumnado tiene el derecho a conocer posturas ajenas a las que escucha en su entorno más próximo. Sin embargo, en la práctica, cuando se expone una idea opuesta a la propia, las actitudes de rechazo no son extrañas. Lo contradictorio es que este rechazo no se dirige únicamente sobre la idea opuesta, sino que cuestiona además el propio hecho de expresar una idea diferente al alumnado.
Es arriesgado valorar cómo ha evolucionado la educación en este último periodo de tiempo sin datos objetivos. Creemos que hay evidencias que nos indican que en términos generales las ideas de respeto animal están siendo incorporadas por cada vez más gente (búsquedas en internet de términos como «especismo» o «veganismo», número de restaurantes veganos, número de organizaciones, número de investigaciones, etc). Pero en un campo tan específico como la educación es difícil pronunciarse más allá de nuestra propia experiencia. La escuela es parte de la sociedad y, como tal, la evolución suele ser similar.
Nuestra experiencia nos dice que en el alumnado hay importantes diferencias en cuanto a la forma de entender el abuso hacia los animales en función de su contexto sociocultural. La percepción de la tauromaquia o la caza en el medio rural y en la ciudad es un claro ejemplo de ello. En el plano temporal hemos comprobado una evolución muy positiva en la disposición del profesorado que asiste a nuestros cursos hacia la cuestión animal y también cada vez es mayor el interés hacia las cuestiones animales por parte del alumnado.
Siempre contamos la misma anécdota para ilustrar esta evolución. En la primera edición de nuestro curso, en 2011, teníamos la sensación de que las personas que asistían esperaban que hablásemos de perros, gatos y poco más. En una de las sesiones tratamos el tema del comercio de animales como regalo infantil y una maestra saltó: «¿Pero esto también os parece mal?» Hoy sería impensable que una de estas formaciones un maestro cuestionara este tema. Incluso quienes asisten ya vienen conociendo términos como especismo y veganismo.
-¿Qué pensáis de las escuelas e insititutos? ¿Qué tipo de cosas se enseñan y con qué objetivos?
El especismo forma parte de las escuelas como forma parte del resto de la sociedad. Se entiende que los demás animales son recursos a nuestro servicio o elementos más del ecosistema. No se les considera individuos con unos intereses propios que deben ser respetados. En términos generales esta visión queda reflejada en las clases y las actividades que hablan directa o indirectamente de otros animales. Pero no se hace de forma consciente o malintencionada, se hace asumiendo que el papel que ocupan los demás animales es el que les corresponde. No detenerse a plantear la cuestión y abrir un debate es más peligroso que defender abiertamente la explotación animal, porque al ocultar la existencia de una postura alternativa imposibilita la reflexión y la respuesta.
-Disculpad que esta pregunta quizá sea algo tendenciosa pero no hemos podido evitarla… ¿Cómo es transmitir unas ideas de respeto y una actitud crítica en un entorno tan poco respetuoso y crítico como el sistema educativo?
La escuela no es un ente al margen de la sociedad y al igual que en ésta también se dan situaciones de sexismo, racismo, homofobia, clasismo o especismo. Somos conscientes de que hay opiniones muy críticas hacia la escuela y de que existen muchos aspectos por mejorar. Pero también es cierto que las escuela la conforman su comunidad educativa, familias, alumnado y profesorado, y hay que reconocer que también hay personas que se esfuerzan por cambiar las cosas, personas que se implican día a día para hacer de la escuela un lugar que fomente el pensamiento crítico y la transformación social más allá de un mero embudo de contenidos y normas.
En este sentido, abordamos el respeto animal con grupos de adolescentes o preadolescentes tanto en nuestra propia actividad docente como en las actividades que realizamos como Aula Animal. Cada grupo y cada sesión es diferente, y lo habitual es tener delante a gente que mayoritariamente escucha y reflexiona sobre las ideas que se plantean.
-Vuestra web es un referente con materiales didácticos para profes desde hace años. ¿Sabéis si tienen uso esos materiales? ¿Qué respuesta obtenéis de otras personas dedicadas a la docencia?
Desde que pusimos en marcha la web de Aula Animal teníamos claro que queríamos que fuera una plataforma abierta, una fuente de recursos para aquellas personas que quisieran tratarla cuestión en el aula. A diario recibimos correos de otras docentes, tanto del Estado como de Latinoamérica, y cada vez más de estudiantes de Grado que quieren profundizar sobre el tema.
Nos gustaría poder realizar un seguimiento más detallado de nuestros materiales, es una de las tareas pendientes, pero nuestros recursos son limitados. A menudo nos escriben desde diferentes lugares para que visitemos sus centros educativos y siempre les animamos a que lo hagan ellas mismas, que se formen, que lean y compartan después sus experiencias y materiales con Aula Animal.
-Una pregunta que ya os habrán hecho otras veces: ¿cómo reaccionan las madres y los padres de vuestro alumnado cuando comentan en casa cosas que tratáis?
Como se comentaba anteriormente, la escuela no es ajena a los debates que tienen lugar en la sociedad, y de hecho los valores transversales deben estar presentes en nuestras clases. Siempre tratamos de fomentar el pensamiento crítico, que lxs adolescentes sean capaces de reflexionar y tomar sus propias decisiones. Y hay veces en que esas decisiones son contrarias a lo que les están contando en su casa. Lo cierto es que nunca hemos vivido un conflicto, quizás porque tratamos el tema siendo muy conscientes de que son menores y lo hacemos con respeto. Pero indudablemente podrían darse situaciones desagradables. No obstante, se trata de algo tan sencillo como mostrar la existencia de visiones alternativas, sin tratar de imponerlas y respetando al alumnado la propia.
-Habéis hecho algún vídeo con estudiantes, siendo quizá el más conocido “Alumno visita un matadero”. Habladnos por favor de esto porque es poco usual y tiene mucha fuerza.
Alumno visita un matadero se grabó en 2012 y cuenta con más de 750 mil visualizaciones. Debido al éxito, el año pasado fuimos con un grupo de alumnos a otro matadero, que resultó en el vídeo Lo que no te contaron en la escuela, producido por Ciudad del viento. En este caso eran jóvenes universitarias, pero a diferencia del primer vídeo éste contiene un mensaje muy vinculado a la filosofía de Aula Animal: darles la opción de contar lo que han visto y contrastar precisamente esa experiencia con la visión que se nos da sobre los animales durante nuestra infancia, muy alejada de la realidad.
-¿De dónde sacáis la motivación para continuar con vuestra labor?
Hace unos meses, un exalumno escribió un email esto a una de las personas de Aula Animal. Decía lo siguiente:
«Quería comentarte que el 1 de enero cumplí los 18 años y desde entonces me he hecho vegetariano, ya que desgraciadamente mis padres no estaban muy de acuerdo con esa idea, gracias a todo lo que me enseñaste como profesor y como persona me ha influido mucho, de ese modo he decidido aportar mi granito de arena a la causa en contra del maltrato animal.Te lo agradezco y espero que nos volvamos a ver!».
Hay muchas otras situaciones en la que te das cuenta de que lo que estás haciendo sí sirve para algo. Por ejemplo, cuando te encuentras a una exalumna en una concentración por los animales, o cuando te enteras por otras vías de que son antiespecistas, o te las encuentras en una charla. El otro día, por ejemplo, un exalumno hoy ya universitario trajo a un par de amigos al estreno de Dominion. Era vegano y nos seguía en Facebook. A veces te cuentan que ciertas anécdotas o situaciones que trataste en el instituto y que ni te acuerdas, resulta que hubo a alguien a quien le hizo pensar más de lo que esperabas.
-¿Cuáles son vuestros referentes teóricos? ¿Y en el terreno de la práctica?
Nos interesa estar al día de los referentes teóricos que van surgiendo, que afortunadamente cada vez son más. En estos momentos, por ejemplo, se ha publicado Hacia mundos más animales, de Laura Fernández, que expone planteamientos muy interesantes y que debemos tener muy presentes.
En el terreno de la práctica, ya en relación con lo pedagógico, lo cierto es que hay pocas referencias sobre cómo educar desde el respeto a los animales en el ámbito escolar. Sin embargo, a menudo participamos en seminarios y cursos de formación del profesorado relacionados con el feminismo o las identidades de género. Son planteamientos inclusivos que además de resultar interesantes y útiles para nuestra propia labor como docentes nos aportan recursos e ideas que podemos aplicar también a la educación antiespecista.
-¿De qué manera se puede apoyar a Aula Animal?
Dado que somos un proyecto educativo en el que los gastos corren a nuestro cargo porque carecemos de socios e ingresos externos, la mejor manera de ayudarnos a consolidar el proyecto es enviándonos materiales educativos que podamos compartir en nuestra web y difundir en redes sociales nuestro trabajo.
-Si alguien quiere visitar vuestra web o estar al día de vuestras actividades, ¿dónde puede hacerlo?
Utilizamos tanto Facebook, como nuestra web www.AulaAnimal.com.
¡Muchas gracias por la entrevista!