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Entrevista a Filming for liberation: «Si nos basamos en nuestra propia experiencia personal, las imágenes han sido totalmente determinantes, no solo por haber influido en nuestro cambio de actitud con respecto al resto de animales, sino por haber servido de influencia para convertirnos en activistas».

¿Qué es Filming for Liberation? ¿A qué os dedicáis?

Filming for liberation es un proyecto de activismo fotográfico y audiovisual, nuestro objetivo es conseguir imágenes de calidad como herramienta para crear un debate en la sociedad que ponga fin a la explotación animal. Ponemos todas nuestras imágenes a disposición de organizaciones, colectivos, medios o personas individuales que estén trabajando en la misma dirección.

La industria de explotación animal tiene especial interés en ocultar el proceso por el cual convierte a los animales que explota en productos de consumo, nuestro trabajo consiste en infiltrarnos en la industria para documentar la realidad de quienes son explotados.

¿Qué consideráis que podéis aportar al movimiento antiespecista?

Poner fin a la injusticia que supone el especismo para el resto de animales implica hacer esta injusticia visible a los ojos de quienes voluntaria o involuntariamente están participando de ella. Nuestro principal aporte son las imágenes que evidencian la realidad de la explotación animal. Igualmente estamos trabajando para documentar la labor de rescate y rehabilitación que realizan santuarios y refugios de animales, así como la de quienes prestan ayuda a los animales en la naturaleza.

¿Qué importancia creéis que tienen las investigaciones y el material audiovisual?

Gracias a la compañera Laura Fernández, que se encuentra realizando una tesis sobre este tema, y basándonos en los resultados de los primeros avances en la misma, podemos afirmar que las imágenes procedentes de investigaciones pueden considerarse una parte importante por la capacidad que tienen a la hora de influir en cambios de actitudes y comportamientos en las personas.

El debate que se plantea, ya que aun existe muy poca información con datos científicos al respecto, es cómo y cuándo utilizar esas imágenes para que resulten lo más efectivas posible. El estudio de la compañera también sugiere la utilización de otro tipo de imágenes, como pueden ser rescates de animales o animales siendo ayudados en la naturaleza.

Si nos basamos en nuestra propia experiencia personal, las imágenes han sido totalmente determinantes, no solo por haber influido en nuestro cambio de actitud con respecto al resto de animales, sino por haber servido de influencia para convertirnos en activistas.

¿Qué os inspiró para dedicaros a este tipo de activismo? ¿Cuáles son vuestros referentes?

Sabíamos por experiencia el poder que tienen las imágenes para influir en cambios por lo que la idea rondaba desde hace tiempo, pero asistir al estreno del documental “The Ghost in our Machine” dirigido por Liz Marshall, donde se sigue a la fotógrafa JoAnne McArthur en su trabajo documental sobre nuestra interacción con el resto de animales, fue el empujón definitivo para dedicarnos a este tipo activismo. Conseguimos un equipo muy básico de fotografía con el que empezar a aprender la técnica y tras un año de estudios y prácticas comenzamos a realizar las primeras investigaciones.

Existen muchos referentes a nivel de activismo, la mayoría realizan fotografía o video documental como JoAnne McArthur, Liz Marshall, Tamara Kenneally, Sammantha Fisher, Andrew Skowron, Lissy Jayne, Chris Delforce, Timo Stammberger, Ola Waagen, Jan Sorgenfrei, Gabriela Penela, Ruth Montiel, Kelly Guerin, Tim Watters o Jaime Alekos.

Igualmente son un referente proyectos documentales como Tras los Muros, Unparalleled Suffering, Farmwatch, Unconsciously Cruel, Eyes of the Innocent, o Bear Witness Australia y nos resultan siempre una inspiración los equipos de investigación de organizaciones como Igualdad Animal, Mercy for Animals, Aussie Farms o Animal Liberation Victoria.

Fuera del activismo antiespecista pero también realizando fotografía documental, son referentes Britta Jaschinski, Audun Rikardsen, Melisa Lee, Brent Stirton o Paul Nicklen.

¿Qué necesitasteis para comenzar y qué necesidades tiene en la actualidad el proyecto?

Lo primero que necesitamos para comenzar fue formación y conseguir al menos un equipo con el que poder trabajar de manera profesional, lo que supuso un tiempo de estudio, ahorro y posterior inversión, pero finalmente pudimos conseguirlo. Otra de las necesidades con la que nos encontramos fue disponer de un vehículo, ya que se pueden recorrer miles de kilómetros en una sola investigación.

En la actualidad la mayor necesidad es sin duda la de disponer de tiempo. Por un lado, y dado que funcionamos de manera autogestionada, tenemos trabajos que permiten financiar el proyecto, pero por otro lado esos trabajos nos quitan tiempo que podríamos dedicarle a las investigaciones, por lo que ahora mismo nos encontramos estudiando la manera de hacer del proyecto un trabajo a tiempo completo.

Imaginamos que el trabajo de investigación y fotografía debe ser bastante duro desde el punto de vista emocional. ¿Cómo gestionáis ese desgaste? ¿Pensáis que puede afectar a la sostenibilidad del proyecto?

En el momento de realizar investigaciones intentamos concentrarnos en aspectos técnicos, como pueden ser los encuadres o la luz, lo que nos permite hacer un ejercicio de abstracción de lo que está sucediendo justo delante. A día de hoy no ha habido ningún desgaste a nivel emocional, pero por supuesto no descartamos que ese desgaste pudiera aparecer en un futuro. Tratamos de alternar el trabajo de investigación con actividades puramente lúdicas para intentar contrarrestar emocionalmente la experiencia de exponernos a violencia y sufrimiento.

¿Os suponen algún tipo de límite en vuestro activismo las leyes actuales?

En la actualidad, al igual que a lo largo de la historia, las leyes han permitido y permiten la explotación animal, protegiendo los intereses de los explotadores por encima de los intereses de quienes son explotados. En este sentido, cualquier intento de revertir esta situación fuera del marco de las leyes será perseguido y condenado, por lo que las acciones que implican desobediencia civil pueden resultar herramientas a tener en cuenta.

No hay que olvidar que la industria de explotación animal tiene suficiente poder como para influir directamente en las administraciones, un buen ejemplo de ello es lo que ha sucedido en algunos estados de EE.UU donde se están poniendo en marcha las llamadas “leyes ag-gag” que pretenden convertir en ilegal, y por tanto en delito, la grabación y difusión de imágenes dentro de centros de explotación animal.

Toda actividad que suponga un beneficio económico para la industria y los estados, aun cuando esta actividad vulnere los derechos más básicos de quienes son explotados para generar ese beneficio, será reforzada con leyes que la protejan para que pueda perdurar en el tiempo.

Por otro lado las leyes actuales, al menos de momento y en los territorios en los que trabajamos, no consideran el periodismo de investigación como actividad ilegal. La información es un derecho, y la sociedad tiene derecho a saber lo que la industria de explotación animal oculta con tanto empeño.

¿De dónde sacáis la motivación para continuar con vuestra labor?

Toda la motivación que necesitamos la obtenemos pensando en las víctimas, cada uno de ellos, cada una de ellas, son nuestra motivación. Cuando volvemos de una investigación nos asalta siempre la misma idea, ellos y ellas se quedan allí, sin ninguna otra posibilidad que la de una vida entera de explotación que solo terminará con un violento final, por lo que es nuestra obligación sacarlo a la luz.

Hay una problemática con el tema del compromiso, los cuidados y la sostenibilidad en el activismo. Algunas personas entran en el activismo con mucha fuerza, sin cuidarse, y a los pocos años se sienten quemadas y muchas veces terminan retirándose. ¿Tenéis alguna opinión sobre este tema?

Puede haber muy diferentes motivos por los que algunas personas terminan abandonando el activismo, entrar con mucha fuerza sin cuidarse es uno de ellos, pero no el único. Consideramos que una parte fundamental del activismo debe ser la formación en aspectos básicos de la psicología. Si entendemos cómo funcionan los procesos que influyen en los cambios de actitudes y comportamientos humanos, podremos utilizar nuestro tiempo y recursos de manera más efectiva para los animales.

Es un error habitual en el activismo pensar que lo que funcionó con nosotros va a funcionar con el resto, y así podemos estar realizando activismo durante años sin ver resultados de cambio significativos, lo que a la larga termina resultando desmotivador y puede provocar que decidamos retirarnos.

Otro de los motivos por los que las personas pueden decidir retirarse del activismo son las dinámicas de abuso de poder existentes dentro del movimiento. Por un lado, las personas que sufren abuso pueden ser vulnerables y preferir retirarse sin darlo a conocer, por otro lado quienes tienen el valor de denunciarlo públicamente a menudo se encuentran no sólo con falta de apoyo y posicionamiento, sino también con una parte importante poniendo en duda su testimonio y apoyando a quien ejerce esa dinámica de abuso de poder. El hecho de no estar tomándonos este asunto suficientemente en serio, puede estar provocando que las personas que han sufrido abuso no se sientan apoyadas y decidan abandonar, y además, que las situaciones de abuso se mantengan en el tiempo.

Con respecto a este último tema, recomendamos la lectura del artículo “El silencio de las perras. La estructura política de la misoginia en el activismo antiespecista” escrito por la compañera Catia Faria y publicado en Pikara magazine con el siguiente enlace http://www.pikaramagazine.com/2018/03/el-silencio-de-las-perras-la-estructura-politica-de-la-misoginia-en-el-activismo-antiespecista/

¿Podéis decirnos una cosa que os parezca positiva y otra a mejorar del movimiento antiespecista en el Estado español?

Algo que consideramos muy positivo es el incremento en número de personas comprometidas dentro del movimiento, lo que parece que ha quedado demostrado en las manifestaciones que se realizaron el 4N y el 5N bajo una convocatoria antiespecista. Por otro lado, cada vez más personas involucradas en el movimiento son conscientes de la necesidad de formación en diferentes áreas. La situación en la que se encuentran los demás animales es tan crítica que no basta simplemente con que queramos ayudarles, es necesario y urgente saber cómo hacerlo.

Un aspecto que consideramos mejorable es el de la comunicación, tanto dentro del movimiento como la que se establece desde el movimiento hacia el resto de la sociedad. La comunicación dentro del movimiento entre organizaciones, colectivos o personas individuales, aun cuando las estrategias para la consecución de objetivos difieran, debería estar basada en el respeto entre compañeras y compañeros, la crítica constructiva desde posiciones transversales es necesaria, asumir y aprender de los errores para avanzar también lo es. Con respecto a la comunicación que establecemos desde el movimiento hacia el resto de la sociedad, existen estudios sobre las estrategias que pueden funcionar mejor y las que pueden no hacerlo según el contexto, es nuestra responsabilidad conocerlas para ponerlas en práctica en nuestro activismo.

¿Qué opináis sobre si es adecuado o no mostrar imágenes de violencia explícita contra animales no humanos? Sabemos que hay debate sobre el tema, como mínimo, desde el punto de vista estratégico (mayor o menor impacto y qué tipo de reacciones causa) y también desde el punto de vista ético (se puede impactar de forma traumática a personas con una especial sensibilidad).

Estamos muy pendientes de la tesis de la compañera Laura Fernández para poder llegar a conclusiones más concretas sobre cómo y cuándo utilizar este tipo de imágenes. Pensamos que pueden servir de ayuda cuando se está hablando sobre lo que sucede dentro de la industria de explotación animal, cuando se está argumentando sobre los motivos que nos deberían llevar a respetar al resto de animales, o como apoyo a un texto en el mismo sentido. Algunas imágenes podrían causar rechazo incluso siendo utilizadas dentro de un contexto determinado, por lo que utilizarlas sin al menos un contexto no tendría sentido alguno.

Queremos pensar que aquellas personas con especial sensibilidad a ciertas imágenes preferirán no seguir a proyectos donde de manera habitual se publican imágenes explícitas de violencia o sufrimiento, aun así siempre cabe el riesgo de encontrarse las imágenes por otras vías, por ejemplo de personas que las comparten en sus redes. Nuestra responsabilidad es conocer cómo y cuándo utilizar ese tipo de imágenes para que puedan tener un impacto positivo.

¿Cuáles son vuestros referentes teóricos?

Ahora mismo, todo el trabajo de investigación y argumentación tanto de la organización Ética Animal como del equipo del Centro de Ética Animal de la Universidad Pompeu Fabra, conforman nuestro referente teórico. Textos y reflexiones basados en investigaciones de personas como Catia Faria, Oscar Horta, Daniela Romero Waldhorn, Eze Paez, Laura Fernández, son una fuente continua de información para la reflexión y el debate que no tiene precio.

Hemos visto que habéis cedido imágenes para algún proyecto de fuera del Estado. ¿Cómo ha surgido esa colaboración? ¿Ha sido casualidad o entra dentro de vuestros objetivos conectar con comunidades activistas de otros lugares?

Nuestras imágenes son de uso público y pretenden ser una herramienta para quienes trabajan en el movimiento antiespecista. Desde que comenzó el proyecto, organizaciones y colectivos, tanto de dentro como de fuera del Estado, nos han contactado para hacer uso de ellas, lo único que pedimos a cambio de utilizarlas es que se cite la autoría de las mismas con un enlace a nuestras redes, algo que en principio debería ser normal pero que nos ha tocado recordar en alguna ocasión.

¿De qué manera se puede apoyar a Filming for liberation?

Puesto que Filming for Liberation es un proyecto relativamente reciente, nos encontramos aun en fase de darnos a conocer, por lo que la mejor manera de ayudarnos ahora mismo sería siguiendo el proyecto en redes sociales e invitando a amigos y conocidos a hacer lo mismo, de esta manera nuestras investigaciones pueden ir llegando cada vez a más gente.

Entrevistas como esta son también una gran oportunidad para dar visibilidad a nuestro trabajo, por lo que aprovechamos para agradeceros de corazón el mandar las preguntas y también la enorme paciencia en la espera de las respuestas.

¿Podéis adelantar alguno de vuestros proyectos futuros?

A largo plazo queremos realizar un corto documental donde se contará la historia de varios animales dentro de la industria de explotación animal de manera individual, desde su nacimiento hasta que son convertidos en productos de consumo.

Ahora mismo estamos organizando por diferentes ciudades, y junto a otras organizaciones y colectivos, el estreno del documental DOMINION, en el que hemos podido participar con algunas secuencias de nuestras investigaciones, y que se proyectará entre septiembre y octubre, de momento en Zaragoza, Santiago de Compostela, Bilbao, Donosti, Granada, Barcelona y Madrid, aunque seguramente se vayan sumando otras ciudades.

Os dejamos un enlace al trailer oficial:

https://www.youtube.com/watch?v=LpDJlEQsDoA

¿Dónde puede encontrarse vuestro trabajo, cómo se os puede seguir la pista?

Casi todo nuestro trabajo, ya que algunas investigaciones aun están en curso, se encuentra en nuestra página web, igualmente vamos subiendo fotos y enlaces en las redes sociales Facebook, Twitter e Instagram, de las que os dejamos los enlaces para quien quiera apoyar nuestro trabajo y seguirnos la pista. Mil gracias.

Web: filmingforliberation.com

Facebook: https://www.facebook.com/Filmingforliberation/

Twitter: https://twitter.com/Filmingforlib

Instagram: https://www.instagram.com/filmingforliberation/

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