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La lucha contra el macromatadero de Binéfar.

A mediados de enero una compañera nos contactaba para hacernos llegar un fanzine que acababa de editar sobre la lucha contra el matadero de Binéfar. Reproducimos el texto íntegro y os dejamos este enlace por si queréis descargar la versión pdf: https://mega.nz/file/YAFQnTDY#dPkZwKkFUXP9Fh8MV1cijxS5KpM4FWhne8Ae_5iPSAI

La lucha contra el macromatadero de Binéfar

Este texto está redactado desde la visión subjetiva de una persona que participó en el campamento antiespecista contra el macromatadero de Binéfar en 2019. Mi intención con este folleto es dejar constancia de la experiencia, animar a la creación de campamentos de lucha contra centros de explotación animal, y exponer algunas problemáticas que surgieron durante ese tiempo. Hay detalles que pueden resultar obvios, los incluyo por si hubiera personas a las que les pudiera ser de utilidad. También comparto experiencias emocionales que no quiero dejar fuera.

El uso del femenino genérico lo justifico por el recurso del término “personas” para englobarnos a todas.

Hasta que la última jaula esté vacía, por la Liberación Animal.

El macromatadero de Binéfar

Binéfar, en la provincia de Huesca, se encuentra en una de las capitales de mayor explotación animal a nivel estatal y europeo. Los campos que rodean el pueblo están totalmente minados de granjas. El olor fétido y repugnante de la zona es debido a las cubas rebosantes de cuerpos de animales en descomposición y a las incontables balsas de purines que se encuentran en las veredas de los caminos.

Antes de la proyección del macromatadero de Piero Pini Binéfar ya contaba con un matadero conocido y de gran importancia, Fibrín, ubicado dentro del pueblo, justo en la parte trasera del supermercado Día.

Vecinas de Binéfar nos contaban como en días de lluvia intensa llegó a brotar sangre por las alcantarillas, y cómo en verano todo el pueblo huele a putrefacción y hay que cerrar ventanas y puertas para que la peste no inunde el interior de las casas.

Un lugar donde la muerte y la explotación animal forman el paisaje, donde los camiones de animales chillando hacia el matadero o la granja de engorde están integrados en lo cotidiano. El lugar perfecto para ubicar allí el matadero más grande de Europa, «Litera Meat». En este espacio del horror 20 horas de cada día son asesinadxs 32.000 cerdxs. 160.000 cada semana, más de 7 millones y medio de animales asesinados al año. Un asesinato cada 3 segundos.

Toda la trama corrupta relacionada con el proyecto de la construcción del macromatadero de Piero Pini (el empresario dueño de Litera Meat) fue destapada por un periodista del diario Público llamado Ferran Barber. Así conocimos que el gran empresario de los mataderos había sido encarcelado por sobornos, corrupción y fraude fiscal, y que estaba relacionado con mafias y metodologías turbias para el desarrollo de sus macabros negocios. Estos procedimientos los siguió manteniendo en Binéfar, donde un policía local ejercía a la vez de escolta privado de la familia Pini, donde políticos con poder y mando tuvieron relación con ventas del terreno del macromatadero, y donde la representante sindical de las personas trabajadoras del macromatadero era una «amiga cercana» de la empresa.

Por contextualizar y dar una visión completa de lo sangrante de todo esto es importante tener en cuenta que antes de la construcción del matadero Binéfar tenía casi pleno empleo (el arcaico y recurrido argumento de “el pueblo necesita trabajo” en este caso tampoco sirve), y las personas que trabajan en Litera Meat son mayoritariamente migrantes de procedencia africana, al igual que en otros mataderos y granjas de la zona. Creo que no hace falta imaginar el filón que tienen los empresarios como Pini con personas de gran vulnerabilidad como la población migrante. Esto ha quedado plasmado en la gestión de la crisis de la pandemia, donde el macromatadero ha vuelto a hacerse famoso por un brote de coronavirus que reflejó la precariedad de sus condiciones laborales. La falta de escrúpulos es total y en todas las direcciones.

Aunque los asesinados siguen siendo los animales no humanos.

El impacto medioambiental de un proyecto como este es devastador. Según su propio informe técnico la emisión de CO2 es de 126 toneladas al día y 1.3 millones de metros cúbicos de basura contaminante cada año. 150 camiones llenos de animales y cadáveres entrando y saliendo del lugar por jornada.

El gasto de agua es también descomunal. Tras el macromatadero hay un embalse(1) que comunica con un pantano gigante(2). De ahí se nutre el macromatadero para funcionar, gastando 60 litros por segundo, 5000 metros cúbicos de agua al día, el equivalente a dos piscinas olímpicas.

Aparte del matadero más grande de Europa, en el proyecto también se encuentra una planta de sacrificios de cerdas madres con apertura inminente (principios 2022), donde se asesinarán 1500 cerdas cada día. También un secadero de jamones, ambos en pueblos colindantes.

Al hacerse pública la noticia empezó a difundirse desde algunas redes antiespecistas el inicio de las obras, y activistas de diferentes puntos del estado decidimos crear una acampada protesta indefinida en las cercanías del lugar donde se estaba construyendo. Era la primera vez que, al menos en el estado español, surgía una iniciativa similar por una causa antiespecista. Nos organizamos desde la horizontalidad y de forma asamblearia, sin ninguna organización o colectivo ya constituido que lo respaldara por detrás.

Campamento Antiespecista

Buscando un espacio público decidimos asentarnos en un parque cerca de las obras, de forma que a un lado quedaba una autovía y la vía del tren, y al otro una carretera secundaria. Era un lugar visible desde donde poder difundir nuestro mensaje contra la explotación animal y protestar contra la construcción del macromatadero. La ubicación del lugar fue algo que investigamos y valoramos bien antes de llegar. En caso de ubicarse en un espacio privado siempre habrá que contar con el consentimiento de las personas propietarias, o saber bien que esas personas están tan lejos o tienen el lugar tan abandonado como para no denunciar.

Ni en Binéfar ni en otras experiencias cercanas que conozco donde la lucha consistió en campamentos protesta en lugares públicos cayó ninguna multa por «acampada ilegal». Por mucho que la policía lo usara como amenaza, las multas siempre llegaron en otras formas (acciones, manifestaciones no notificadas, multas a vehículos, realizar hogueras…) y no con ese nombre. Puede ser que en otras experiencias haya sido así, pero no en las que yo conozco. Quizás sean multas fácilmente recurribles, lo que supondría un filón interesante a tener en cuenta en esta forma de lucha. De cualquier modo quiero remarcar que me baso en experiencias propias, y no estaría de más contrastar todo esto con más personas con experiencias similares.

El campamento fue una llamada a activistas antiespecistas para unirnos y frenar la construcción de aquel sitio. Ante un proyecto tan gigantesco y tan terrible, ubicado en una zona donde la explotación animal está tan arraigada, creímos que la mejor manera de actuar era el posicionamiento «cuerpo a cuerpo». Sentíamos que en ese lugar abarrotado de granjas era donde más sentido tenía focalizar la lucha contra el abuso hacia los demás animales. Que donde existía una explotación tan extensa, debíamos estar acompañando a las víctimas y denunciando lo que allí ocurría. Que ya había muchas personas en espacios afines y maravillosos en nuestras ciudades y pueblos hablando sobre el tema, y que queríamos probar un método distinto, instalándonos en el mismo lugar del horror. Estar allí durante esos meses también nos hizo conscientes de lo que es realmente la esclavitud animal, y yo siento que a todas nos dejó marcadas.

Para nosotras el macromatadero se convirtió en un símbolo de la explotación ganadera más desorbitada y brutal, y con nuestra permanencia estábamos planteando una oposición física a ese lugar, a la vez que lanzábamos un mensaje 24/7 por la Liberación Animal. Creíamos en ese medio para hacer un activismo más constante, con capacidad para encontrarnos, conocernos y crear redes más fuertes entre nosotras. También para que en el encuentro pudieran surgir otras estrategias y propuestas, a trabajar de forma interna y desde grupos de confianza.

Activismo

Durante los tres meses y medio que permanecimos allí se trabajó en la concienciación contra la explotación animal, tanto dentro como fuera de Binéfar. Marchas, encuentros, acciones de divulgación en el pueblo, contacto constante con prensa y difusión desde nuestras redes.

Así como creación de lazos entre activistas antiespecistas de puntos muy diversos del estado y de fuera de él. Conocernos y apoyarnos, más aún en condiciones tan adversas, hace más sólido al movimiento.

Un colectivo realizó unas jornadas en el campa que sirvieron para atraer a muchas personas. Al venir de fuera y estar ya organizadas pudieron traer propuestas concretas y trabajadas. Se consensuó una acción para parar las obras durante un día e intentar llamar la atención de la prensa. Al ser un lugar remoto y en domingo la prensa no se personó, pero se consiguió hacer una acción llamativa y visible.

La interacción con la gente en el pueblo fue mediante las fórmulas de activismo que muchas practicábamos en nuestras zonas. Reparto de panfletos informativos, degustaciones de comida, activismo artístico con les niñes, performances, proyecciones de documentales, vigilias en el matadero… Organizamos un debate abierto con personas del pueblo sobre veganismo que resultó bastante interesante. Conseguimos llevar el debate allí.

Veo importante apuntar que antes de nuestra llegada a Binéfar buscamos redes afines de la zona, como asociaciones, colectivos y personas políticamente próximas, un apoyo desde cerca. Aunque en el entorno eran escasas, considero que en muchos momentos fueron soporte fundamental.

Durante el tiempo que permaneció activo el campamento estuvimos en contacto permanente con la prensa de ámbito estatal y local. Fue muy relevante el interés y la comunicación con periodistas afines y comprometidas con los animales que publicaron múltiples artículos sobre el macromatadero y el campamento en sus medios. Esto no solo fue un altavoz contra el matadero y la explotación animal, sino que también sirvió como llamamiento para que otras activistas conocieran y apoyaran el campa, y que la experiencia fuera un ejemplo de respuesta para causas similares. Todas las luchas son semillas de otras.

Muy importante también el apoyo de personas que desde sus colectivos y espacios organizaron comedores y charlas en centros sociales, aportando soporte económico y difusión del proyecto del macromatadero y de la experiencia del campamento. También mucha gente que se movilizó para estar en las manifestaciones y marchas que convocamos desde Binéfar, o que nos apoyaron de otras múltiples formas.

Necesidades y dificultades en el campamento

Como experiencia fue hostil y cruda por un lado, y enriquecedora e intensa por el otro.

Estábamos bastante aisladas del pueblo y durante buena parte del tiempo no tuvimos un acceso directo a agua, por lo que eran constantes los viajes para rellenar garrafas en las fuentes del pueblo. La comida era reciclada y pudimos abastecernos bastante bien de alimentos. En general eramos personas con pocos recursos económicos y no los necesitamos para permanecer allí. Una persona que trabajaba a jornada completa pidió todas sus vacaciones de un año para poder estar durante un periodo largo de tiempo en el campamento. Otras compañeras hicieron muchos kilómetros en autostop para llegar desde sus ciudades a Binéfar. Casi todas eramos de fuera de Aragón.

Las necesidades materiales eran muy básicas y obvias: una pequeña cocina (la dieta crudivegana también puede resultar interesante); garrafas y fichar fuentes de agua cerca; supermercados con puntos de recicle o apoyo externo para que nunca falten alimentos; carpas fuertes, lonas, mantas y tiendas de campaña.

Una constante dificultad fue la hostilidad climática, tanto por el calor extremo durante el día (y la falta de sombras en el parque), como por el frío de bajo cero de la noche durmiendo en tiendas de campaña. Muchas enfermaron estando allí por permanecer a la intemperie con un clima tan cambiante (el ajo crudo es un maravilloso aliado en estos casos, a mi me ayudó para no resfriarme). El viento y la lluvia también fueron condicionantes muy incómodos, por el destrozo de carpas y estructuras poco sólidas, así como por el derroche de alimentos que a veces no conseguíamos proteger.

El peor recuerdo que me llevo es la cantidad de camiones llenos de animales gritando hacía un lado, y los mismos camiones volviendo vacíos hacia el otro. Algunos camioneros sádicos pitaban al pasar como burla cruel. Estos factores propiciaron que en muchos momentos toda la energía se dedicara a mantener en pie el campamento y mantenernos a nosotras mismas, tanto física como emocionalmente. Es importante tener en cuenta las características específicas de cada lugar, así como la temporada y temperatura del año, para valorar las necesidades logísticas. Y más importante aún es tener una buena red de relevos para que nadie llegue a «quemarse», así como de apoyo externo para ayudar con las redes, comunicarse con colectivos u organizaciones afines, hablar con prensa, temas burocráticos, etc.

Otra presión añadida la ejercieron los neonazis del pueblo y la policía. Por las noches y aprovechando la situación de vulnerabilidad (esto ocurría sobretodo cuando eramos muy pocas) la chavalada de Vox pasaba amenazándonos de muerte y cosas similares. Varias veces nos tiraron piedras, llegando a romper en una ocasión la luna de uno de nuestros coches. Destacable la figura del policía corrupto que ejercía de segurata particular de Pini. Durante un tiempo se valió de artimañas para intentar ganarse la confianza de algunas de nosotras y obtener información (Nota Importante: ¡No fiarse de la policía!) El mismo hombre que compadreaba con algunas del campa representando la figura de “poli bueno alternativo” (llegó a decir que era vegetariano y que hacía yoga XD), era el mismo que luego escoltaba a los Pini. El mismo que daba clases de boxeo a los nazis del pueblo, que luego venían a intimidarnos por la noche. El mismo que nos identificaba pidiéndonos el DNI y al que «podíamos acudir» si las amenazas pasaban a mayores.

Lidiar con las consecuencias de los daños por estar en entornos así de duros no es fácil. Generalizando, pienso que las activistas por los animales tenemos una sensibilidad especial para apreciar la realidad de otras, y que eso a veces nos carga intensamente. Es necesario que entre nosotras haya espacios donde quepa la gestión del dolor, la vulnerabilidad y las disidencias emocionales. Y también que abordemos las contradicciones que tenemos sobre la verticalidad, las jerarquías “invisibles”, y la exclusión de personas que ya son excluidas en esta sociedad. Es difícil y a veces no contamos con recursos, pero también es imprescindible que reflexionemos sobre ello.

Aunque pasaran cientos de activistas de dentro y fuera del estado por el campa los meses que allí estuvimos, no hubo el suficiente apoyo para mantener una campaña activa y eficiente (si eficiente es un concepto que pueda estimarse con objetividad). Sí considero que conseguimos poner el foco de atención en Binéfar y su enorme matadero y movilizar a mucha gente que de otra forma no se hubiera acercado hasta allí, pero faltó apoyo tanto presencial como desde fuera para poder articular mejor la lucha que iniciamos.

No entendimos el por qué las grandes organizaciones ecologistas y animalistas con las que intentamos hablar innumerables veces esperaron hasta el último momento, con la inminente apertura del macromatadero, para incluirlo en su campaña y darle más voz. Llegaron tarde.

También nos sorprendió el rechazo de organizaciones de ideología libertaria que nos trasladaron que en este tema con nuestro posicionamiento antiespecista nos estábamos equivocando. Como si hubiera mayores víctimas en Litera Meat que los 32 000 animales no humanos que asesinan cada día. Es vital seguir señalando estas contradicciones en los espacios políticos cercanos, y no normalizar y llamar «opción personal» lo que implica el mantenimiento de una industria tan opresiva y cruel.

Quiero compartir las palabras literales de la diputada de Podemos de las Cortes de Aragón sobre el proyecto del macromatadero. La postura de la que se autoproclama izquierda (ecologista y supuestamente cercana al animalismo) dentro del plano político ha estado apoyando en todo momento la construcción de este proyecto. Creo que su discurso y las formas que utilizan para hablar de los animales explotados revela perfectamente su carente empatía y respeto hacia ellos.

TRANSCRIPCIÓN CONGRESO ARAGON SOBRE LITERA MEAT

12/06/2018

La señora diputada SANZ MÉLIZ (DIPUTADA DE PODEMOS en las Cortes de Aragón):

…Nosotras desde Podemos Aragón ya mostramos en su día el respaldo a la implantación de este proyecto en Binéfar en la medida que aporta solidez a un sector clave en nuestra economía, como es el porcino, y que consigue que la mayor parte de la cadena de valor se quede en nuestra comunidad, además generando empleo y oportunidades de desarrollo en las comarcas oscenses. Como digo, es positivo romper esta tendencia que los procesos que crean mayor valor añadido se vayan fuera y en nuestro territorio al final se queden los mayores impactos sociales y ambientales. Porque, bueno, en Aragón producimos aproximadamente el 25% de los cerdos que se producen en España pero apenas un 8% se transforma aquí.»

La falta de relevos, apoyos y presencia nueva en el campa, sobretodo los días laborables, provocó una situación de desgaste para las poquísimas personas que allí fuimos quedando. Aprovechando esta situación, los servicios de limpieza escoltados por la policía local vinieron a llevarse prácticamente todo el campamento, y aunque algunas personas nos pidieron continuidad (para apoyar intermitentemente) fue necesario abandonar

Hubo otro intento de retomar el campamento y también de hacer acciones en el pueblo, pero tanto la falta de presencia de activistas como la presión constante de la policía y gente relacionada con el macromatadero, nos hizo tener que abandonar el lugar y a todos los animales que allí son explotados. De forma puntual, unas semanas después del desalojo se realizó una vigilia de varios días frente al macromatadero.

Manifestaciones descentralizadas contra el macromatadero

Ya desalojado el campamento y desde 26 ciudades diferentes, París y Roma entre ellas, varias activistas de diferentes lugares nos coordinamos para escoger una fecha y cartel común, aunando fuerzas en manifestaciones descentralizadas. La idea fue unirnos desde muchos lugares para hacer más fuerte la voz y la lucha. Este mismo método lo hemos usado para las movilizaciones por la liberación de los animales de Vivotecnia, que aún se mantienen en algunas ciudades. Creo que es una fórmula útil, que aparte de crear red, motiva a seguir y convocar más acciones, especialmente en lugares donde aún hay poca fuerza. Consigue crear movimiento, generar debate y aumentar el número de activistas.

La lucha continúa…

Valorándolo a posteriori, era necesaria más y mejor organización anticipada. Los principales problemas fueron lo avanzada que estaba la obra cuando conocimos el proyecto, el poco tiempo que teníamos para actuar, y la dispersión territorial de las personas que nos interesamos por crear una lucha así. Si hubiera surgido un grupo motor que planificara la operatividad del campamento y sus necesidades, y hubiera habido apoyo constante de un grupo externo, se hubiera llegado a más. El aislamiento de Binéfar no lo puso nada fácil, ni la falta de personas comprometidas con la causa.

En una ciudad o pueblo con más cantidad de activistas en las cercanías surgiría una fuerza más potente. Pero el macromatadero estaba allí, y es en los boquetes escondidos donde normalmente ocurren las mayores atrocidades. También hay lugares como Vivotecnia, bunkeres del horror en medio de la ciudad, donde la creación de un campamento antiespecista sería totalmente factible, con suficientes activistas cerca y ubicación accesible para que acuda la prensa. Sobretodo teniendo en cuenta que los grandes medios estatales han publicado mucho sobre el tema, y tendrán interés en seguir dándole cobertura.

El compromiso por la liberación de los animales y el afecto entre nosotras, fue la fuerza que tuvimos para poder permanecer allí. Depositamos un germen para una forma de lucha que en el estado español no se había generado dentro del movimiento antiespecista. Fue un aprendizaje de convivencia y un intercambio de experiencias y métodos entre personas que militabamos en el movimiento por la Liberación Animal y en otras luchas.

Tiene sentido que las vidas y las condiciones miserables que sufren los animales sean denunciadas en las mismas puertas de las cárceles que habitan. Que donde haya un centro de explotación animal, ya sea un laboratorio, una granja, un zoo, un matadero, un criadero,… haya un grupo de personas visibilizando el sufrimiento que dentro de sus muros hay.

Que no podamos evitar verles ni oírles. Que nunca olvidemos que siguen ahí.

Que en cada lugar donde estén sufriendo animales surja un campamento antiespecista en sus puertas… Sería un poderoso sueño.

ENLACES A VARIAS CAMPAÑAS ANTIESPECISTAS

#rescatevivotecnia

#gestioneticacotorrasypalomas

@StopCamarles

@campbeagleofficial

@StopMacromataderodeBinefar

traslosmuros.com/granjas-cerdos-espana-investigacion

*La siguiente página contiene duras imágenes sobre las condiciones de vida de los animales en granjas (y no macrogranjas) de la zona. Pienso que mirar de cara la existencia miserable que viven los animales en los centros de explotación nos hace tomar parte y actuar por su liberación, aunque sean dolorosas de ver para todas.

En las fotos:

(1) Mural en Binéfar encargado por el ayuntamiento mientras permanecía el campamento. Como siempre, quienes defienden, perpetúan y ejercen la violencia contra los animales ofrecen una imagen absolutamente falsa de lo que en realidad ocurre en las granjas. Quien consume prefiere creerlo, o ni si quiera cuestionarlo, y no solo son cómplices sino también responsables de todo el sufrimiento de los animales.

(2) y (3) Interior de las cubas de las granjas

(4) Carteles en la entrada de una granja

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