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Reflexiones a raíz del comunicado de condena de la plataforma InfoCircos a la acción de protesta llevada a cabo el 15 de enero en el circo Quirós.

Esta carta pretende exponer unos sucesos ocurridos dentro de la campaña contra el circo con animales en Madrid el pasado invierno. Nuestro objetivo es fomentar el debate dentro del movimiento antiespecista y reflexionar sobre la responsabilidad de las diferentes acciones y decisiones llevadas a cabo por los colectivos que trabajamos en este ámbito.

Durante el invierno de 2017, al igual que en años anteriores, se llevó cabo, por parte de distintos colectivos e individualidades, una campaña contra el circo con animales. Durante varios meses diferentes grupos de activistas realizaron diversas acciones de protesta (organizadas o espontáneas) contra el uso de animales en espectáculos circenses.

El 14 de enero se realizó una concentración en las puertas del circo Quirós convocada por la Asamblea Antiespecista de Madrid.

Esa misma noche, el gerente del circo denuncia que un grupo de personas le agredieron y amenazaron en el entorno del circo, presentando unas pruebas de dudosa credibilidad.

Al día siguiente, el 15 de enero, un pequeño grupo de activistas interrumpió una de las funciones del circo Quirós en una acción de desobediencia civil. Varias personas de dicho grupo fueron agredidas por trabajadores del circo, y cinco fueron detenidas por la policía. Como era de esperar, los medios de comunicación afines al circo realizaron artículos difamatorios contra las compañeras detenidas, acusándolas de agredir al personal del circo, lo cual ha quedado demostrado que es falso.

Tres días después, InfoCircos, una coalición de diferentes entidades con una gran trayectoria de activismo contra este tipo de circos, realiza un comunicado en el que condena públicamente dicha acción. Dicho comunicado lo difunde la agencia EFE y se hacen eco del mismo diferentes medios de comunicación.

Tras un periodo de reflexión y debate interno, desde ochodoscuatro ediciones escribimos a InfoCircos pidiéndoles que nos expliquen dicho comunicado, para pedirles las fuentes y los motivos para realizar dicha condena ya que consideramos que emitir un juicio público condenatorio contra otras activistas que acaban de ser detenidas contribuye a señalar incriminatoriamente a las personas que realizaron la acción, basándose casi exclusivamente en la versión que de la acción dio el diario ABC. De igual modo, les animamos a replantear su postura pública sobre lo ocurrido, buscando otras vías más solidarias con las compañeras para exponer sus reflexiones.

No es nuestro objetivo señalar o boicotear la labor de ningún colectivo, pero sí creemos que toda acción, y más si es una decisión pública y política, tiene unas consecuencias, y es necesario asumirlas.

Entendemos la postura de InfoCircos (aunque no la compartamos). Su trabajo es en gran medida institucional, y llegado el momento consideraron que la acción llevada a cabo por este grupo de activistas podía poner en peligro parte del trabajo realizado. Aun así, no todo vale, y hay diferentes formas de afrontar el choque de estrategias en cualquier ámbito.

Tras varios meses de espera recibimos como respuesta a nuestra carta una negativa a la rectificación que les invitábamos a realizar, lo cual nos anima a compartir las siguientes reflexiones.

¿Qué se está condenando? El comunicado de InfoCircos es la respuesta al contenido mediático que se genera después de la acción, el cual, en su mayoría, toma como ciertas las agresiones a trabajadores del circo por parte de activistas las cuales más tarde (y antes de que InfoCircos realizase el comunicado) quedó demostrado que no habían existido, sino que en cambio fueron las activistas quienes fueron golpeadas por dichos trabajadores. En este contexto caben dos opciones: que se esté condenando una acción dando por válidas y legitimando las mentiras de algunos medios de comunicación (y por ende, potenciándolas), o que se esté condenando una acción dedesobediencia civil que consistió en la exhibición de carteles contra el uso de animales en el circo. Ambas opciones nos parecen igual de graves.

En el contexto de una campaña, las estrategias que se pueden presentar son heterogéneas y muchas veces descoordinadas. En ocasiones nos vamos a encontrar con acciones que no podemos o queremos asumir, o que consideramos que pueden ser contraproducentes a nuestro trabajo previo o futuro. Si este fuera el caso, podemos desvincularnos públicamente de dicha acción si lo consideramos necesario, pero nunca señalar a las personas que se están jugando su libertad por luchar en lo que creen.

Queremos ponernos en la piel de las activistas que fueron detenidas en dicha protesta. No es un plato de buen gusto, pero asumieron que era algo que podía suceder, y aun así corrieron con los riesgos de llevar a cabo esa acción. Lo que se espera en una situación como esta es que el movimiento al que perteneces te arrope y te muestre solidaridad. En cambio, tres días después se encontraron con un comunicado emitido por un grupo activista en el que se dan por ciertas falsedades en su contra.

En el comunicado público, InfoCircos señala que:

No deseamos que nuestra imagen aparezca mezclada con la de estos actos individuales aislados que no hacen sino proporcionar argumentos para continuar con el uso de animales en los circos.

Queremos recordar a quien esté leyendo estas líneas, que este tipo de hechos aislados es el que ha conseguido entre otras cosas, que circos con más de 100 años de historia explotando animales se hayan visto en la obligación de dejar de hacerlo como es el caso del Ringling Bross estadounidense. Hechos aislados como este pueden tener (y de hecho tienen) a mucha gente respaldándolos detrás suya. Dentro de nuestro movimiento es habitual verlo en saltos al ruedo, protestas ante «tradiciones» y «festejos» que utilizan animales, encadenándose a mataderos, protestando en pasarelas de moda contra el uso de pieles, etc. Pero no son exclusivos del movimiento por la liberación animal, sino que la desobediencia civil es una estrategia ampliamente utilizada por los movimientos sociales como estrategia de denuncia y confrontación. Considerar este acto como un “hecho aislado” significa posicionarse en una escala superior a la del resto del activismo, en la cual poder juzgar qué estrategias son válidas y cuáles no. Exponer públicamente que este tipo de acciones proporcionan argumentos para perpetuar el uso de animales en los circos es equivalente a decir que quienes utilizan este tipo de tácticas no han reflexionado bien sobre ellas (o al menos no tanto como se supone que deberían haberlo hecho). Podemos, obviamente, creer que unas acciones son más positivas que otras, o incluso que determinado tipo de acciones están enfocadas erróneamente, pero ante todo hay que asumir con humildad las diferencias estratégicas y los diferentes objetivos a corto, medio y largo plazo que pueden tener los diferentes agentes implicados en una lucha como esta.

Quizá alguien podría pensar que debido a esta acción se podría producir un giro mediático en el que de enunciar las miserias de los circos con animales se pasara a potenciarlos cambiando el foco negativo hacia el activismo. Buscando si tal giro se produjo, nos hemos encontrado con que los medios que han difundido las noticias negativas hacia las activistas son las mismas que llevan años defendiendo los intereses del propio circo. En cambio, los medios que se han mostrado en los meses anteriores públicamente en contra de este tipo de negocios no se han hecho eco de la noticia, o lo han hecho a muy baja escala y con las debidas precauciones.

Toda estrategia tiene unos peligros. Estos pueden darse de múltiples formas, como por ejemplo en daños físicos personales, pérdidas económicas, encarcelamiento, muerte, etc., en función de la vía que se decida seguir. La vía institucional tiene  los suyos también: giros repentinos en el apoyo de personajes políticos relevantes, presión mediática, deslegitimación pública del colectivo que busca ser interlocutor, etc. Una vez decidida la estrategia y las herramientas que se van a utilizar, se deben asumir esos peligros y las contradicciones que se generen, y no chantajear al resto del movimiento para que se adapte a la vía que tú has decidido que vas a seguir.

El movimiento antiespecista, a medida que va creciendo y logrando pequeños objetivos, se va a ver cada vez más presionado por las diferentes fuerzas políticas y medios de comunicación que consideren amenazado su estatus. En este sentido, históricamente se ha tratado de dividir a los movimientos políticos y sociales creando conflictos y generando cismas internos ofreciendo parcelas de poder a unos para aislar a otros. En un contexto como en el actual, esperábamos un intento mediático de desprestigio del movimiento por la liberación animal que forzase a diferentes organizaciones y partidos a posicionarse en el espectro de lo asumible o lo condenable, pero no esperábamos que ninguna organización cediese tan pronto a las presiones, o al menos no a unas presiones tan flojas como han sido las expuestas anteriormente.

Una condena como esta crea un precedente peligroso dentro del activismo no institucional. Si ya había que enfrentarse a la represión policial, ahora además es posible que desde tu propio movimiento se te señale y se te juzgue. Y si se ha hecho en una acción de baja intensidad, no sabemos qué ocurrirá cuando se realice alguna acción de mayor envergadura.

Queremos repetir que nuestro objetivo no es el de boicotear a ningún proyecto, sino que apostamos por un debate profundo que nos ayude a crear un movimiento fuerte y preparado para encajar los distintos golpes que puedan acaecer con entereza, y que el silencio y la falta de crítica nunca ayudarán a que avancemos en esa línea.

La asamblea de ochodoscuatro ediciones.

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